Por Alexander León
Reforma Siglo XXI, Vol. 19, No. 1
La sociedad del siglo xxi sufre de lo que podríamos llamar un síndrome de desconexión histórica. Hay una tendencia a pensar que el mundo empezó con nosotros. Esto también ha afectado a los profesantes del cristianismo de todas las denominaciones.
Por esta razón, tenemos metodistas que ignoran quién fue Juan Wesley, bautistas que nunca han leído a John Bunyan y evangélicos en general que apenas si han escuchado sobre Martín Lutero.
Así como en la sociedad la gente parece estar interesada únicamente en el aquí y el ahora y consideran la historia de los antepasados un tema aburrido, también la Iglesia hispana parece tener ese mal comportamiento.
No es esta la actitud que se esperaba del pueblo de Dios, según leemos en los Salmos:
“Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros padres nos han contado, La obra que hiciste en sus días, en los tiempos antiguos”
Salmos 44:1
Así como los padres debían enseñar a sus hijos las grandes obras que Dios hizo en el pasado, en la historia de la redención, así nosotros deberíamos conocer lo que Dios siguió haciendo con su pueblo una vez que el Mesías Redentor consumó, estableció el Nuevo Pacto.
¿A quién le interesan las causas de la separación entre el cristianismo oriental del occidental? Aunque aquella ruptura definitiva se dio en el siglo xi, el que desee conocer las verdaderas causas, tendrá que indagar en la historia de los siglos vi al ix.
De igual manera, para entender el estado actual del cristianismo occidental, debemos entender lo que sucedió en el siglo xvi que también es el producto de lo que venía sucediendo en siglos anteriores.
En el siglo xvi, la Biblia no estaba disponible para las personas comunes. Entre los cambios producidos por la Reforma Protestante, el principal de todos fue poner en manos del pueblo las Sagradas Escrituras, porque el llamado de los re- formadores fue precisamente: volver a la Biblia.
La versión de la Biblia más usada por los protestantes hispanos en los últimos cinco siglos es la denominada Reina-Valera, la cual fue publicada inicialmente en el año 1569 por Casiodoro de Reina (La Biblia del Oso) y revisada y publicada nuevamente por Cipriano de Valera en 1602 (La Biblia del Cántaro). Estos nombres corresponden a la imagen usada por el impresor en la portada.
Trescientos quince años después de aquella publicación de Casiodoro de Reina, en 1884, la Iglesia católica autorizó la publicación de la versión de la Biblia Torres Amat, basada en la Vulgata Latina, pero aún no se recomendaba la lectura de la Sagrada Escritura al pueblo.
Es interesante notar que en el prefacio de esta Biblia se advierte a los cristianos que Dios nos manda más a escuchar que a leer. La sugerencia implícita es que el pueblo no debe dedicarse a estudiar la Biblia, sino a dejar que las autoridades eclesiásticas lo hagan.
En el siglo xx, en 1944, sale la primera versión católica de la Biblia a partir de textos hebreos y griegos, que fue la versión Nácar-Colunga. Esta es una versión a la que el pueblo hispano comenzó a tener algún acceso, pero la misa siguió realizándose en latín hasta el año 1964.
Pasaron 447 años antes de que la Iglesia católica aceptase la propuesta de la reforma protestante de que el pueblo debería rendir un culto a Dios en su propio idioma.
Cipriano de Valera, el revisor de la Biblia traducida por Casiodoro de Reina, fue uno de esos valientes españoles que se esforzó porque el pueblo tuviese acceso a las Sagradas Escrituras. Como lo dice Hebreos 13:7, consideremos cuál fue el resultado de su conducta y tratemos de imitar su fe.
Porque también el escritor inspirado nos ordena:
“Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia he- redan las promesas”
Hebreos 6:12
Nacimiento
Cipriano de Valera nació en 1532 en Valera la Vieja (Herróbriga), entonces perteneciente al Reino de Sevilla, próximo a Frenegal de la Sierra, hoy parte de Badajoz, España. De allí también fue Benito Arias Montano, a quien pudo conocer cuando estudiaba en Sevilla. Benito fue un ilustre teólogo y políglota, hebraísta y biólogo al cual se le encargó la Biblia Políglota de Amberes o Biblia Regia que contenía versiones de las Sagradas Escrituras en hebreo, griego, arameo y latín. Un trabajo de seis años al cual le dedicaba once horas diarias. Fue acusado por la Inquisición y estuvo en peligro de conde- na, pero fue librado por el papa Gregorio XIII.
Etapa monacal
Después de estudiar seis años Filosofía en la Universidad de Sevilla y con el grado de bachiller, ingresó en el monasterio Jerónimo de San Isidoro del Campo.
Sevilla fue un foco protestante en el cual hombres como Constantino Ponce de la Fuente predicaban en el púlpito del Patio de los naranjos, influyendo a muchos.
Fue allí donde escuchó y aceptó las doctrinas de la Reforma y salió buscando tierras donde vivir su nueva fe junto con Antonio del Corro, Casiodoro de Reina y otros monjes. Se dice que entre doce y dieciséis monjes huyeron del monasterio a la vez. Huyeron, porque estaban en peligro por la Inquisición.
Persecución
Fue en el año 1557 cuando huyó a Ginebra juntamente con Casiodoro de Reina y otros monjes para librarse del Tribunal de la Inquisición.
Fue quemado en efigie en 1562 “por luterano” y se le incluyó en el “Índice de Libros Prohibidos”, como autor de primera clase.
Constantino Ponce de la Fuente, que hasta había sido capellán del rey Carlos V, fue acusado y encarcelado por la Inquisición a causa de sus predicaciones. Dado que murió antes de poder escribir su defensa, también fue quemado en efigie.
Cipriano de Valera residió en Ginebra un breve período, pero luego se instaló definitivamente en Londres cuando subió al trono Isabel I. Salió por un poco de tiempo para dirigir la impresión de la segunda edición de la Biblia del Oso en Holanda, en la cual trabajó veinte años [3].
Cuando la “Armada Invencible” de España fue capturada, Cipriano de Valera solía visitar y ayudar a los prisioneros es- pañoles, los cuales pudieron ver la caridad y afecto de aquel compatriota a cuya cabeza la Inquisición y el rey habían puesto precio, y de esta manera, muchos regresaron a España con una idea diferente del protestantismo.
Docencia
Enseñó en Cambridge durante doce años y llegó al Magdalene College. Realizó estudios suplementarios bajo Teodoro de Beza en Lausana, y le fue concedida la titulación necesaria en Teología. El 21 de febrero de 1563 se incorporó a la Universidad de Oxford como Maestro en Artes.
Matrimonio
Se casó y estableció una familia en Londres en 1563.
Su obra
El primero de sus libros, publicado en Londres en 1588, es el más polémico y se llama: “Dos tratados”. El primero es “Del Papa y de su autoridad colegido de su vida y de lo que los Doctores y Concilios antiguos y la misma Sagrada Escritura enseñan”. El segundo es “De la Misa recopilado de los Doctores y Concilios y de la Sagrada Escritura”.
El propósito de ambos tratados era demostrar con la Palabra de Dios la falta de base del sistema papal y de la misa.
En el tratado sobre el Papa, hace una recopilación de los desmanes atribuidos tradicionalmente a los papas. Contiene una curiosa colección de refranes que reflejan el concepto que merecía en la mente popular el clero de aquellos tiempos. La idea principal del tratado es presentar a Cristo como el único mediador entre Dios y los hombres. Ese mismo pro- pósito y método se encuentra en el tratado sobre la misa.
Su siguiente libro se publicó en 1594, y se llama: “Tratado para confirmar a los pobres cautivos de Berbería”. Está dirigido a los cristianos que habían caído en manos de los piratas mahometanos de Argelia. Su propósito era confirmar a esos cautivos su fe, para que no renegasen de ella, presentando la Sagrada Escritura como un refugio de la pesadumbre y desesperación y como un arma eficaz contra los enemigos del alma y del cuerpo, siendo además la fuente de toda doctrina cristiana.
Ese libro, incluyó como apéndice otro de sus escritos llamado: “Enjambre de falsos milagros e ilusiones del demonio con que María de la Visitación… engañó a muchos”, en el cual denuncia las supersticiones de aquellos tiempos.
En esa obra, la ironía se halla envuelta por una compasión verdaderamente cristiana que Valera siente por quienes carecen de la verdad, por haberles sido presentada de una manera falsificada. Por ello, concluye este tratado con la seria y fervorosa amonestación de acudir a Cristo, el único que obra verdaderos milagros, para recibir de él, el mayor de todos los milagros, la paz del alma[4].
En 1597, publicó su traducción más famosa: “Institución de la Religión Cristiana”, del reformador francés Juan Calvino.
Según explica en el prólogo, tres motivos lo impulsaron a traducir la obra de Calvino: primero, la gratitud a Dios el Creador “por sacarme de la potestad de las tinieblas, y traspasarme al reino de su amado Hijo nuestro Señor”; segundo, “el grande y encendido deseo que tengo de adelantar, por todos los medios que puedo, la conversación, el confortamiento y la salud de mi nación”; y tercero, “la gran falta, carestía y necesidad que nuestra España tiene de libros que contengan la santa doctrina, por los cuales los hombres puedan ser instruidos en la doctrina de piedad”. —Leer fragmento del prólogo de la Institución—.[4]
Otra obra suya es el “Aviso a los de la Iglesia Romana”. Sus folletos, de carácter popular, eran escritos pensando en las masas, y en el lenguaje que estas comprendían. En este texto pretendía disipar la ceguera tenaz de los líderes religiosos católicos sobre puntos de capital importancia para los individuos y la convivencia social que habían conducido a la situación causante de su huida y destierro.
Mientras seguía revisando la traducción bíblica de Reina, publicó una nueva edición, revisada, del Nuevo Testamento de Francisco de Encinas, con base en el mismo trabajo anterior de Juan Pérez, y que había sido el primero de los libros que había leído de los que había llevado por Julián Hernández al monasterio de sus días de fraile. (Este apoda- do “Julianillo” fue quemado en 1560; había llevado el Nuevo Testamento disfrazado de mozo de mulas por nueve años y la historia de su tortura merece atención especial, por lo que cabe solo mencionar que fue fiel hasta la muerte).
Revisión de la Biblia
Sin duda, la obra más notoria de Cipriano de Valera fue su versión de la Biblia del Oso, que le llevó veinte años. Fue imprimida en Ámsterdam en 1602. Al escribirla, Valera sigue fielmente la traducción de Casiodoro de Reina, con muy ligeras enmiendas en el lenguaje y en los sumarios de los capítulos, eliminando o poniendo notas marginales. La Biblia de Valera tiene la particularidad de poner en sección aparte los libros “apócrifos” que Casiodoro incluyó en la Biblia del Oso.
Leamos en español antiguo el testimonio de Valera con respecto a su revisión:
Yo siendo de 50 años comencé esta obra: y en este año de 1602, en que ha plazido á mi Dios sacarla á luz, soy de 70 años (edad es esta en que las fuerças desfallecen, la memoria se entorpece y los ojos se escurecen.) De manera que he empleado 20 años en ella.
Mi intento a sido servir a mi Dios, y hacer bien a mi nación. ¿Y qué mayor bien les puedo hacer que presentarles el medio, que Dios ha ordenado para ganarle ánimas, el cual es la lección de la sagrada Escritura (…) Plega a su Majestad quiera por su Cristo aceptar este mi MINCHAH, este mi sacrificio vespertino, que yo le ofrezco en mi vejez.
Suplícole bendiga esta su obra, para que su sacrosanto nombre, el cual es anunciado en ella, sea santificado en España, como lo es en otras naciones.
Notemos que Valera llama a su traducción un “minchah”, esta es la transliteración de la palabra hebrea que se usa para el sacrificio que se llevaba cada tarde al altar, según el Antiguo Pacto. Él era consciente de que ya estaba en el ocaso de su vida, cuando terminó su obra.
Muerte
No se conoce con certeza la fecha de su muerte, pero se piensa que tuvo lugar en 1606, en Londres [6]. Y según datos que aparecen en algunas cartas de Jacobo Arminio, parece haber tenido una vida muy dura y una muerte en pobreza.
Aspectos dignos de considerar por el pueblo Evangélico
1. La traducción más usada por la población evangélica hispana fue el trabajo de dos hombres que abrazaban la teología reformada, uno tenía mayor afinidad por Lutero y el otro por Calvino. Los evangélicos hispanos no saben casi nada de Lutero y no soportan escuchar de Calvino.
2. ¿Amamos la verdad lo suficiente como para arriesgar nuestra vida por ella? Los protestantes de los siglos xvi y xvii sufrieron mucha persecución en Europa y en general todo verdadero cristiano participará de la persecución. ¿Contempla esto nuestra idea del cristianismo?
—2 Timoteo 3:12—.
3. ¿Amamos a nuestro prójimo lo suficiente como para alertarle del error? Cipriano de Valera realizó grandes esfuerzos de forma paciente y perseverante para que los de su propia nación, España, pudiesen tener acceso a la Verdad y pudiesen, por el conocimiento de las Escrituras, abandonar las supersticiones y las creencias erróneas que no provienen de la Biblia o que son el resultado de una interpretación defectuosa. ¿Estamos dispuestos a hacer esto? Cuando vemos a alguien que se considera cristiano, pero tiene creencias o prácticas contrarias a lo que la Sagrada Escritura enseña, ¿qué vamos a hacer? ¿Vamos a callar por cobardía o vamos a hablar por amor?
4. ¿Estamos aprovechando la libertad que tenemos? En el siglo xiv, había pena de muerte para el que utilizase el lenguaje popular para los asuntos religiosos. La Biblia está disponible en el idioma popular, lo cual nos hace aún más responsables, porque según Lucas 12.48: “…a quien se le haya dado mucho, mucho se le demandará”.
Bibliografía
Datos biográficos tomados de la compilación de Abel Méndez con base en la bibliografía aquí indicada.
- GABINO FERNÁNDEZ. Cipriano de Valera. Publica- do en la web de la Editorial Clie. Por http://www.clie.es
- Op. Cit. GABINO FERNÁNDEZ.
- Enciclopedia del protestantismo Español.
- http://clientes.vianetworks.es/personal/cer/Enciclo/ valera.htm
- SAMUEL VILA, Historia de la inquisición y la reforma en España. 1977 Ed. Clie, Terrassa, según se recoge en la web:
- http://www.geocities.com/HotSprings/Resort/4367/ index.html
- Op. Cit. Enciclopedia del protestantismo español
- Op. Cit. GABINO FERNÁNDEZ.
El Pastor Alexander León es un ardiente defensor de la adoración bíblica, racional y reverente al Dios único y verdadero, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Está casado con Ingrid Umaña y tienen una hija de nombre Abigaíl. Es Ingeniero Informático de profesión, pero su corazón está en el servicio de Cristo. Sirve como uno de los pastores de la Iglesia Bautista Reformada de Los Lagos, en Heredia, Costa Rica (fereformada.org). Allí es también director del ministerio Liberando a los Cautivos (liberandoaloscautivos.com), dedicado a ayudar a personas que se encuentran atrapadas en pecados sexuales, para que encuentren libertad en Cristo.