Por Peter Jones
Reforma Siglo XXI, Vol. 15, No. 2
El colapso de los pastores evangélicos en la trampa de la agenda pro-homosexual se ha vuelto un tsunami. El pastor Dave Thomson declara lo siguiente: “Muchos de nosotros, pastores de fe (¿no tienen ‘fe’ todos los pastores?) somos orgullosos de la valentía de Jason Collins, y debemos elogiarlo… un número cada día más grande de pastores conservadores de fe les están dando la bienvenida a parejas homosexuales al reino de Dios, junto con todas las otras circunstancias humanas no cambiables”. Collins, un jugador de la NBA (liga de balon- cesto en EEUU), anunció publicamente hace poco que era homosexual. Pero según Thomson, los líderes cristianos que se oponen están “haciendo estragos en las bancas de nuestras iglesias, destruyendo familias, y en última instancia están colo- cando una bandera de odio e hipocresía sobre las puertas de nuestras iglesias conservadoras de fe”. Thomson es un pastor de las Asambleas de Dios, nacido en el estado de Montana, y ha estado “en el ministerio 27 años, es un cristiano nacido de nuevo, es evangélico, carismático, conservador, Republicano”, y ahora él con todo su equipo de liderazgo apoyan ¡la nueva agenda de Dios pro gay!
Pero , ¿qué se podía esperar de los pastores “de fe, y conservadores” pero analfabetos en la teología, para quienes la “experiencia” es el único criterio para todo, y quienes no parecen tener idea ninguna de la cosmovisión bíblica que define la existencia en lo que nosotros llamamos el “dosismo”? De hecho, este asunto del homosexualismo desenmascara la profunda y larga debilidad del movimiento evangélico, y el resultado será que grandes cantidades de gente “nacida de nuevo” se unirán finalmente al movimiento pagano sin siquiera comprender lo que están haciendo.
Mire bien lo que pasará. Muchos evangélicos, con sus “pastores de fe” e “iglesias de fe” se convertirán en los liberales del siglo 21, predicando una “fe” diluida que no toca el pecado y elimina la caída en el pecado. Y por otro lado, serán rechazados como unos extraños “intolerantes” aquellos cristianos ortodoxos que defienden la distinción entre el Creador y la criatura junto con las distinciones santas de la creación (como la distinción entre varón y hembra), y quienes predican un Evangelio de gracia y arrepentimiento. Y cuando esto suceda, el escenario ya estará listo para desatar la persecución. Los cristianos ortodoxos serán vistos como un grupo pequeño, marginal, tratados como los que disturben la paz social multicultural. Al final, podrán ser utilizados como los chivos expiatorios cuando la sociedad empieza a derrumbarse, cosa que también sucederá con certeza.