CRÍA CUERVOS

Por Nicolás Lammé

Reforma Siglo XXI, Vol. 14, No. 1

Hay un gran dicho que reza así: “Cría cuervos y te sacarán los ojos”. Nunca este dicho ha sido más real que cuando se aplica a la iglesia y su teología. La iglesia paga un precio muy alto cuando deja de enseñar sana doctrina.

En el sínodo de la CRCNA1 2010, se votó para remover lineamientos en cuanto a lo que a los ministros se les permite enseñar acerca de la creación del hombre (conocida como    la Declaración F, aprobada en 1991). La Declaración F dice, “Por demás, la Iglesia declara que la clara enseñanza de la Escritura y de nuestra confesión sobre la exclusividad de los seres humanos como portadores de la imagen de Dios deja fuera la adhesión a toda teoría que postule la realidad de ante- pasados evolutivos de la raza humana.” Y ahora, de acuerdo al artículo resumen del sínodo oficial de CRCNA, el Prof. John Cooper, profesor de teología filosófica de Calvin Theological Seminary (Seminario Teológico Calvino), está feliz de que ahora puede ofrecer a sus estudiantes “otro punto de vista, a saber, que Dios pudo haber incluido animales como medios que llevaran a la creación del hombre.”

El Rev. Wes White ha señalado en su blog el punto de vista de Ron Choong, misionero de la PCA (del Presbiterio

Metro New York), de que las Escrituras no apoyan las declaraciones de la Confesión de Westminster con respecto a Adán, particularmente, el que fuera creado originalmente tanto inmortal como justo. Por supuesto, si eso no les molesta, observen la declaración de Choong:

“Todo lo que podemos decir es que hace unos 6 millones de años, un ancestro común de todos los primates evolucionó. Nuestra mejor suposición es que aquel  homínido, bípedo de tiempo completo, empezó a caminar hace cerca de 1.8 millones de años y el lenguaje composicional evolucionó hace unos 170 mil años. La mente moderna, con fluidez cognitiva, surgió hace de 80 a 60 mil años.”

Bueno, tal parece que Adán no fue el primer ser humano que caminó sobre la tierra, pero según Choong, “ciertamente fue el primero que lo hizo siendo humano.” Astuto.

Esta tendencia por legitimar este tipo de evolución teísta es preocupante. ¿Acaso nos damos cuenta de las consecuencias? En primer lugar, la consecuencia de abandonar la teología de la creación ex-nihilo y la historicidad de la narración de la creación del Génesis es, en última instancia, un abandono del evangelio. Adelante trataré más este tema.

Consideren esto: la teoría de la evolución se encuentra en el corazón del paganismo, y es parte de la fuerza motriz detrás de lo que hoy sólo se puede describir como un avivamiento pagano a nivel mundial. ¿Qué es lo que vemos en los países occidentales que han descartado su herencia cristiana y abrazado la religión del hombre? Consideren los Países Bajos, esa cuna de la teología reformada: ahora son la primer nación occidental que ha legalizado el infanticidio bajo ciertas circunstancias (ver www.brusselsjournal.com/node/297). Esas circunstancias de casualidad incluyen a los recién nacidos que tengan discapacidades. El filósofo indio, Vishal Mangalwadi, en su libro, Truth and Transformation (Verdad y Transformación), escribe: “América seguirá a los Países Bajos, a China y a India entre más y más gente decida pensar que un ser humano no es más que un animal: que no posee un valor intrínseco dado por Dios; el único valor que tiene es relativo, arbitrariamente asignado por otros seres humanos” (pg. 62–2). El Dr. Mangalwadi está en lo correcto. El hecho es que la evolución es el credo del neo-paganismo. Es su mismísimo núcleo. Si el cosmos es lo único que existe, entonces nos encontramos en un sistema cerrado. No hay transcendencia. El hombre sólo resulta ser la medida de todas las cosas, porque así se repartieron las cartas evolutivas, al azar. El resultado neto es un mundo en el cual el único significado que tiene la existencia es el que los pode- rosos le asignen. Lógicamente, los débiles deben desaparecer. Pero vean, no hay “justicia” ni “equidad” en la naturaleza. La naturaleza es esencialmente amoral. No hay moralidad en plena naturaleza; solo supervivencia.

¿Mi punto? Bueno, mientras Choong sin duda alguna  no se adheriría a nada de lo mencionado en el párrafo anterior, sí ha adoptado las presuposiciones esenciales para ello. Y aunque él nunca lleve esas presuposiciones hasta la conclusión más lógica, algunos, quizá muchos de los estudiantes, lo harán. Él les ha enseñado que la Biblia enseña las presuposiciones básicas del neo-paganismo moderno. Entonces, es lógico para los que han adoptado tales creencias adherirse a la legitimidad de cosas tales como el aborto, el infanticidio, la eutanasia, la homosexualidad, la bisexualidad, la pansexualidad, la transexualidad, la poligamia, la poliandria, etc. De hecho, es completamente inconsistente negar que la práctica de cual- quiera de estas cosas sea en esencia todo menos un derecho humano, esto es, el derecho de definir mi propia personalidad e identidad en evolución. ¿Por qué piensan que el Prof. John Cooper se siente como en casa en el Calvin Theological Seminary? Es decir, en serio, sólo lean esto: El Grupo de Discusión Broene es un grupo de apoyo voluntario para estudiantes homosexuales, lesbianas y dudosos, supervisado por un consejero con experiencia en el Centro de Consejería Broene. El grupo existe como respuesta a la necesidad de diálogo y comprensión en la iglesia de hoy, reconociendo el mandato de la Iglesia Cristiana Reformada de “crear un clima hospitalario y un ambiente inclusivo para aquellos que experimentan deseos por el mismo sexo” (Reporte del Sínodo del 2002 sobre el Cuidado Pastoral para con Miembros Homosexuales)… El grupo de discusión les permite a estudiantes homosexuales, o a los que tengan dudas acerca de su orientación sexual, a apoyarse unos a otros en maneras que sean fortificantes en la escritura, mutuamente edificantes, y en conformidad con la cosmovisión reformada.

Bueno, ahí lo tienen. Al menos defiende una cosmovisión “reformada” y es “fortificante en la escritura”. Hermanos, ¿cómo llegamos hasta acá?

Llegamos hasta acá por actuar con irresponsabilidad y poca consideración para con la distinción más básica de la Biblia: Dios y todo lo demás. La distinción entre el Creador y la criatura se encuentra en el corazón de la fe. El Creador es completamente otro y transciende la realidad que conocemos. Él es espíritu, infinito, eterno e inmutable en todo su ser (Catecismo menor de Westminster, Pregunta y Respuesta 4); no depende de nadie para existir. Simplemente existe. La creación se deriva y depende de la palabra de Su poder para ser y continuar existiendo. El Creador no es la criatura, y Él no es parte de la creación. Más aún, la creación de ninguna manera comparte la esencia de la Divinidad. Esta es la distinción más fundamental en toda la Biblia.

De hecho, todas las demás distinciones dependen de esta. Si nos deshacemos de esta distinción fundamental, todas las demás se desploman hacia el vacío del monismo. No existe  el animal versus la planta versus el hombre, sino que lo que hay es un todo. No existe hombre ni mujer. El género es una construcción social en la que no podemos ni siquiera forzar a nuestros hijos, o al menos eso dice Derrek Lutz, un graduando de Wildwood, Nueva Jersey, que dijo en las noticias locales: “Lo que me hace mujer está adentro y realmente lo que está afuera no importa. Y en realidad, simplemente todos deberían ser tratados como iguales.” Eso no es lo que enseña la Biblia, pero se encuentra en armonía total con la nueva espiritualidad pagana. Cuando se elimina la distinción entre el Creador y la criatura, también se eliminan todas las demás. Lo que queda es un todo, y a la vez nada.

Ahora, esto nos trae de vuelta al evangelio. En estas distinciones importantes se predica el evangelio. Y donde se erradican estas distinciones de los corazones de hombres y mujeres, también se erradica cualquier consciencia de pecado. Y donde no se entiende el pecado, el evangelio no puede echar raíz. No puede existir el pecado en el universo de Choong ni en el de Cooper porque, como hemos dicho, la naturaleza no es intrínsecamente moral. La moralidad le es asignada. Pero en un mundo donde el hombre asigna la moralidad al universo, esta sólo puede ser arbitraria. Sólo se puede basar en el poder. Pero ciertamente no es una moralidad transcendental. Así que, sin el concepto de pecado, el evangelio es despojado de su contenido y se vuelve esencialmente sin sentido.

Además, si Adán no fue histórico, entonces la idea bíblica de la cabeza de pacto es pura ficción; Cristo también es ficción, o un mero ideal, el espíritu del amor. No puede ser más que eso, ya que el concepto bíblico de la propiciación sustitutiva se fundamenta en la presuposición de una persona histórica llamada Adán, cuyo pecado también fue sustitutivo. Ambas figuras históricas son contrastadas en el Nuevo Testamento. Si Adán no es más que la humanidad colectiva, entonces ¿no debería ser entendido Cristo de la misma manera?

En su búsqueda por “alcanzar una redescripción más robusta de la doctrina cristiana en pro de una creatio continua al anticipar la llegada de la creatio nova”, Choong espera que la caída pueda entenderse “como ‘bestias que se levantan’, ‘caída hacia arriba’ hacia una consciencia moral”. Aparentemente esto nos ayuda a lidiar con el problema de la maldad y el sufrimiento humano, la condición humana y la evolución biológica general (Debo decir que su posición virtualmente elimina el concepto tradicional de la maldad y el sufrimiento. Esa es una forma conveniente de resolver el problema). Su tesis es que “en una doctrina transformativa de la creación se fusiona la doctrina protológica de la creación con la doctrina escatológica de la redención revirtiendo el flujo de la historia divina.”

¿Cómo se logra esta azaña? Sencillo. Se logra preservando lo “imperativo de un agente de libre albedrío en la creación al igual que la soberanía del creador por medio de un sistema kenótico para explicar la naturaleza de la creación autopoiética de los cocreadores de Dios.” Muy bien, para ponerlo en términos de humanos menos evolucionados: La redención se logra con el tiempo, mientras las criaturas de Dios cooperan con Dios como agentes libres creándose a sí mismos.” Aún no sé qué diantres se supone que significa un “sistema kenó- tico”, pero estoy seguro de que es algo sumamente importante.

En otras palabras, el desarrollo moral del hombre debe ir de la mano con su desarrollo biológico y social con el paso del tiempo, durante el cual recibe ligeros codazos de parte de Dios. Después de leer lo que ha escrito él, no estoy seguro de por qué no simplemente dice de una vez por todas que el hombre en última instancia evoluciona a un estado de reden- ción, esencialmente salvándose a sí mismo. No estoy seguro de qué otra forma entender “la naturaleza de la creación autopoiética de los cocreadores de Dios”.

En cualquier caso, no hay lugar para la cruz. De hecho, incluso si Choong quisiera hacer campo para Jesús y la vergonzosa cruz, no habría ninguna razón lógica para hacerlo. Si se asume la “relativa y no absoluta perfección de la creación ‘en el principio’”, entonces debemos redefinir nuestros conceptos de imago Dei, la naturaleza del pecado, y la necesidad y naturaleza de la redención. Sea cual sea la conclusión a la que lleguemos, se debe confesar que estos términos no podrán tener el mismo significado que tienen según la ortodoxia actual. Si esto es verdad, se redefiniría también la cruz. En lo que sea que se convirtiera bajo el nuevo entendimiento de la naturaleza y la “creación”, no podría ser la vergonzosa cruz de la historia antigua. Deberá evolucionar en algo completamente nuevo.

¿Podrá el cristianismo sobrevivir a la aceptación de estas posiciones con respecto a nuestros orígenes? Para ponerlo en otros términos: ¿Podemos redefinir a Adán, a Cristo, a la cruz, la justicia, la imago Dei, el pecado, y la redención y terminar con el mismo cristianismo? No lo creo.

Estos son los fundamentos de una cosmovisión diferente, la misma que de hecho, en este momento, engaña al mundo para que adoren a la criatura en lugar de al Creador. Aceptar estas ideas sólo puede, a fin de cuentas, llevar a la iglesia al mismo paganismo que el mundo. Así que, tengan cuidado. Si crían cuervos, les sacarán los ojos. Existe otro dicho que, mezclado con un tanto de cinismo, calza: Dime con quién andas, y te diré cuánto cobran. Estas ideas vienen con un precio, y si este es nuestra fe y la fe de nuestros hijos, entonces el precio es demasiado alto.

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